lunes, 21 de junio de 2010

FAMILIAS CON CIELOS ABIERTOS 3


A través de la Biblia podemos darnos cuenta que una de las manifestaciones de tener cielos abiertos es que Dios conteste nuestra oración, tomando esto encuentra (adicionalmente de los pasajes en los cuales se menciona explícitamente el tener cielos abiertos), veamos que es lo que abre los cielos para una familia o para una persona en general:

1. Colocar a Dios como los más importante de nuestra vida, Más buscad, Por tanto, no os preocupéis, diciendo: ``¿Qué comeremos? o ``¿qué beberemos? o ``¿con qué nos vestiremos? Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas” Mateo 6:31-34. Como seres humanos estamos acostumbrados a guiarnos por lo que vemos y no por lo que no vemos y muchas veces colocamos en primer lugar lo material, nuestra economía, el trabajo, la familia, etc. Pero Dios ofrecer estar al tanto de todo lo material en nuestra vida si aprendemos a valorar más las cosas espirituales que las materiales. Eso fue lo que hizo Jacob, por más que era un tramposo, mentiroso y aprovechador, había algo a lo cual le daba mucha importancia: La primogenitura, que era una bendición espiritual, no tangible y eso le permitió experimentar cielos abiertos mientras huía de su hermano, eso le dio pie para pedir y recibir todo lo que oró esa noche. Es posible que tengamos defectos, a veces más la gente que no va a la Iglesia, pero no estamos en una congregación porque somos los más santos sino porque somos los que más necesitamos. Jesús promete bienaventuranzas para nosotros, los que reconocemos nuestra pobreza espiritual, porque nuestro es el Reino de los Cielos.
2. El trato adecuado para nuestra pareja. Vosotros, maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo (1 Pedro 3:7). El Apóstol añade al consejo una razón para su cumplimiento y es el que nuestras oraciones no tengan estorbo. En realidad estamos hablando tanto de hombre a mujer como de mujer a hombre. El Apóstol Pedro no dice que la mujer es vaso frágil, sino vaso “más frágil”, indicando que tanto hombres, mujeres, padres, madres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, somos frágiles. Todos somos sensibles, tenemos sentimientos, si se nos golpea nos duele. Cada uno de nosotros tememos un punto de quiebre. No podemos, ni debemos encontrarle excusas a un maltrato verbal, psicológico o físico. ¿Como podemos nosotros tener la libertad de pedir bendiciones en nuestra vida si con la misma boca que bendecimos a Dios maldecimos a nuestro hermano(a), no sólo creado por Dios sino de nuestra propia sangre? Dios no justifica la violencia, el trato inadecuado, los insultos, las comparaciones, las actitudes de juicio, Él está a favor de un trato de amor, comunión, paz, bondad, etc. Ese es el fruto que manifiesta alguien guiado por su Espíritu. Si el trato entre todos los miembros de la familia fuera el adecuado, sería como dicen muchos, el cielo en la tierra y obviamente las bendiciones del cielo también llenarían ese hogar.
3. Mantener fidelidad en la relación matrimonial, “Y otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo Él uno, habiendo en Él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud” Malaquías 2:13-15. En esta ocasión Dios manifiesta no sólo que hay cielos abiertos para que podamos recibir de Dios sino también para que podamos darle a Dios, lo que trae como consecuencia que podamos recibir también, Lucas 6:38. Aquí la infidelidad es la causa que hace que los cielos se cierren y que por más que preparemos una excelente ofrenda, cada uno conforme a lo recibido por Dios, (alabanzas, dinero, servicio, enseñanza, oración, etc), esas ofrendas no sean de ninguna manera recibidas por Dios; tal vez otros las vean y hasta las disfruten pero cuando el que juzga con justicia tenga que dar su veredicto, dirá que Él nunca recibió nada nuestro. ¡Que experiencia tan triste! Que pensemos que estamos dando y dando, con todo nuestro esfuerzo de tiempo, dinero, etc y que todo lo que hicimos y dimos para Dios no sea recibido por Él. Dios es un Dios de Pactos y aquel que mantiene el suyo, tiene los cielos abiertos para que todo lo que le dé al Señor sea recibido y recompensado por Él.
4. Presentar a Dios los diezmos y ofrendas, “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”, Malaquías 3:10. Otra manera de abrir las ventanas de los cielos es cumpliendo con nuestro responsabilidad de diezmar y ofrendar. El diezmo es la décima parte de lo que ganamos y le pertenece a Dios, no es nuestro, así que cuando entrego los diezmos no estoy dando nada mío, sino que sólo estoy entregando lo que le pertenece a Dios. Jesús dijo que donde esté nuestro tesoro allí también estará nuestro corazón, si me hago problemas por dar el 10 %, (el diezmo), entonces como podré administrar el 90 % restante bajo la volunta de Dios; y si no puedo devolver al Señor lo que le pertenece, ¿como espero que Él habrá las ventanas de los cielos y derrame bendición sobreabundante? Cielos abiertos económicos para los que saben que no dependen del dinero sino de Dios y que con libertad y gratitud pueden diezmar y ofrendar a Dios con generosidad.
5. Por el Poder del Acuerdo, “Os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” Mt. 18:19. El contexto en el que Jesús dice estas palabras es hablando acerca del perdón, creo que ponerse de acuerdo no sólo es orar juntos sobre alguna petición o necesidad, sino también el llegar a ponernos de acuerdo sobre nuestra diferencias, discusiones, conflictos, peleas, resentimientos y rencores. No es posible que pidamos a Dios bendiciones si estamos peleados con nuestra pareja: ¡Debemos ponernos de acuerdo! lo que implica tener la capacidad de perdonar y pedir perdón. El Apóstol Juan nos dice que no podemos amar a Dios si aborrecemos a nuestro hermano; el Padre Nuestro dice que si perdonamos a nuestros hermanos nuestras ofensas, Dios nos perdonará también las nuestras. La Biblia dice que nuevas son sus misericordias cada mañana, pero también dice que no debe ponerse el sol sobre nuestro enojo y que si podemos enojarnos pero sin pecar. Ponte de acuerdo con tu pareja, pide perdón y / o perdona y luego tengan un consenso sobre lo que van a pedir a Dios y los cielos abiertos darán paso a la respuesta del Todopoderoso.
6. Por la obediencia, “Pero Juan trató de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Y respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan se lo permitió” Mateo 3:14-15. Jesús no necesitaba ser bautizado pero actuó en obediencia a su Padre, obviamente esto no implica que seamos tan buenos que no tenemos que obedecer, pero por complacer a Dios tenemos que hacerlo, sino que si Jesús mostró que ha pesar de no “necesitar” bautizarse, lo hizo, y pudo ver los cielos abiertos sobre él ¿cuánto más nosotros necesitamos vivir en obediencia a la voluntad de Dios para experimentar esos cielos abiertos? Adicionalmente tenemos lo que nos dice Deuteronomio 28:1-2, 12: “Y sucederá que si obedeces diligentemente al SEÑOR tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al SEÑOR tu Dios…Abrirá el SEÑOR para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; y tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado.” La obediencia trae bendición y sin buscarla, sino que es consecuencia de haber obedecido.

Dios desea que camines bajo cielos abiertos, siendo contemplado, protegido, escuchado y provisto por Él. Experimentemos esa maravillosa bendición.

jueves, 10 de junio de 2010

FAMILIAS CON CIELOS ABIERTOS 2

La Biblia nos cuenta una historia más al respecto y es la de Jesús. En Mateo 3, en el momento de su bautismo, al subir del agua, los cielos se abren y desciende el Espíritu Santo de manera visible en forma de paloma y luego se oye una gran voz que dice que él es su hijo amado al cual todos deben oír. En este caso también podemos considerar algunas consecuencias de andar con cielos abiertos:

1. La manifestación del Espíritu Santo sobre nuestra vida. Esto fue algo sobrenatural, nadie lo esperaba, Jesús no lo buscó (en esa forma), simplemente se dio como consecuencia de los cielos abiertos. En ocasiones muchos creyentes buscan y buscan obtener manifestaciones sobrenaturales del Espíritu y hacen hasta lo indecible para que esto ocurra, pero por más que se esfuerzan estas no llegan y algunos tienen hasta que “inventar” ciertas manifestaciones para mostrar su “espiritualidad”. Las manifestaciones sobre nuestra vida van a venir sobre aquel que tiene cielos abiertos, sin que el creyente las persiga, las reclame, las exija o las finja. Estas son el resultado natural de caminar bajo cielos abiertos y traerán paz al corazón.

2. Sensibilidad para oír la voz de Dios. Con los cielos abiertos la voz de Dios ser clara y real sobre la vida del cristiano y no estamos hablando precisamente de una voz audible, sino de acuerdo a la forma como Dios desee hablarnos. La manera normal de que Dios nos hable es a través de su Palabra, pero muchos leen la Biblia como quien lee el periódico y terminan y no han escuchado la voz de Dios hablando a su corazón. Otros la leen y les da sueño, de modo que cuando tienen insomnio, en lugar de tomar su calmante, leen un par de capítulos de la Biblia y santo remedio. El creyente con cielos abiertos sabrá cuando Dios le habla, no habrá dudas en su corazón, no tendrá que estar pidiendo señales para saber si fue o no fue la voz de Dios, sabrá distinguirla de la voz del diablo y la de su propia naturaleza humana.

3. Será contemplado por Dios con agrado. El creyente con cielos abiertos será visto por Dios con agrado, a eso se refirió la voz cuando dijo de Jesús: “este es mi hijo amado”, como me gusta verlo, como disfruto lo que hace, como me complace que sea mi hijo, es motivo de mi alegría y de mi contentamiento. Haciendo un paralelo es como cuando el diablo se acerca a la presencia de Dios, y el Señor le dice: “Haz visto a mi siervo Job que no hay otro como él en la tierra, varón justo, recto, temeroso de Dios y apartado del mal”: ES MI HIJO, ¿LO HAS VISTO?.

4. Tendrás una palabra de bendición para dar. El Padre desde el cielo dijo: “a Él oíd” Podrás tener una palabra para compartir, algo que nace en el corazón de Dios, que Él te la transmite y luego tú la das. No serán palabras de tus propios pensamientos, ideas, experiencias, etc, sino una palabra que viene del cielo a través tuyo para bendecir a tu pareja, a tus hijos, a tus padres o a tus hermanos. ¿Cuántas veces nos hemos equivocado por hablar lo primero que nos parece o se nos ocurre? Y luego viene el pesar, la frustración y la separación. De otro lado la gente escuchará lo que tenemos que decir; la orden del Padre era que debían escuchar a Jesús, creo seriamente que tener cielos abiertos es tener la autoridad para ser escuchado, no porque me impongo sobre otros con mis ideas sino porque Dios mismo me da esa gracia de ser escuchado porque tengo una Palabra de sabiduría para transmitir.

Pero la pregunta sigue ¿Cómo ser familias con cielos abiertos?........... Lo veremos en Familias con cielos abiertos 3

lunes, 7 de junio de 2010

FAMILIAS CON CIELOS ABIERTOS


Todos nosotros deseamos tener familias en las cuales se manifieste el favor de Dios, con prosperidad real y no temporal, donde se note claramente lo que sucedía con José, el hijo de Jacob, que Dios estaba con él y todo lo que hacía Dios lo hacía prosperar en su mano. Para lograr esto muchos toman el camino de los primeros versículos del Salmo 127, se levantan de madrugada y se van tarde a descansar, pero lo único que consiguen es comer “pan de dolores”, es decir, consiguen lo poco que tienen con demasiado esfuerzo, de tal manera que no les queda ni fuerzas, ni deseos de disfrutarlo. Dios nos muestra en su Palabra que Él puede abrir los cielos para nosotros, y derramar bendición sobreabundante. Pero ¿Cuál es el secreto o que tenemos que hacer para que así sea? Antes de compartir algunos principios bíblicos al respecto es necesario aclarar que es y qué no es tener cielos abiertos. No es sacarse la lotería o ser un suertudo, o alguien con padrinos mágicos o con “estrella”, mientras que otros nacen estrellados. Tener cielos abiertos es tener la gracia de Dios, alguien del cual Dios se agrada y d manera especial se empieza a manifestar sobre su vida, de tal manera que aún cuando se equivoca Dios lo cambia para bien. Es tener a Dios de su lado cumpliendo sobre su vida aún aquellas cosas que tal vez ni son indispensables pero que por el favor de Dios las puede disfrutar. Ahora tampoco significa que nunca va a tener problemas o dificultades o tiempos de crisis, pero estas no aminoran su gozo y su paz, sino que puede tener paz en medio de la tormenta.

La Biblia tiene varias referencias a cielos abiertos, tenemos el caso de Jacob, cuando huía de su hermano Esaú al cual le había robado la primogenitura, engañando a su anciano padre Isaac, Génesis 28: 12-22. Durante el viaje Jacob encuentra un lugar donde dormir y coloca una almohada de piedra y en su sueño ve los cielos abiertos y una escalera apoyada en tierra y que llegaba al cielo y sobre la cual subían y bajaban ángeles. Jacob se despierta y dice: “la presencia de Dios estaba aquí y yo no lo sabía, esto no es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo”, luego eleva una oración estableciendo un acuerdo con Dios, condicional con muchos beneficios personales ¿Porqué pudo pedir lo que pidió? Porque vio que sobe él habían cielos abiertos: Cuando tenemos cielos abiertos entonces se puede manifestar sobre nuestra vida:

1. La presencia real de Dios, y como en el caso de Jacob, así no lo sepas su presencia estará sobre ti. Dios te mostrará de manera sobrenatural cuando Él está obrando sobre tu vida. Será un sostén para aquellas temporadas de desierto, de duda, de temor; podrás decir como el salmista “aunque en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo” No sólo una presencia prometida sino una presencia real, aquello que perdió Sansón sin darse cuenta, aquello que muchas familias e inclusive iglesias pierden y siguen para adelante como si nada hubiera pasado.
2. La protección de Dios. Jacob dijo “si me guarda en el viaje que voy”. Esa protección que tiene hasta tus cabellos contados, esa que te libra tanto de las cosas que te das cuenta, de las que percibes y de las que no tienes la más mínima idea. Protección completa, sobre tu cuerpo, sobre tu alma y sobre tu espíritu. Protección que utiliza tanto “la vara como el cayado” para darte aliento; la vara para librarte de tus enemigos y el cayado para cuidarte de ti mismo, 1 Timoteo 4:16.
3. La provisión de Dios. Jacob dijo “si me da pan para comer y vestido para vestir”. Cuando tenemos cielos abiertos Dios está al tanto de nuestras más mínimas necesidades y como dijo Jesús en Mateo 6:8, “Él conoce nuestra necesidad aún antes que se la pidamos”, y podemos descansar como los niños confiados que al día siguiente tendrán el alimento y la ropa lista y cantar como las aves a las que Dios sustenta cada día o estar tranquilos disfrutando el día como los lirios a los que Dios viste magníficamente.
4. Capacidad para solucionar conflictos familiares de muerte. Jacob iba huyendo porque su hermano lo quería matar. No hay cosa más difícil y triste como cuando nuestras familias están a punto de la “muerte” o “separación”, (muerte no significa aniquilamiento), donde la pareja ya no soporta más la situación y tiene que mantenerse unida sólo por los hijos o por mantener las apariencias; donde los hijos sólo esperan tener 18 años o la capacidad de autosostenimiento económico para inmediatamente levantar las alas y salir de casa. Pero cuando hay cielos abiertos el espíritu de Dios que es uno y manifiesta unidad puede ayudarnos en esa difícil pero no imposible tarea, de tocar los corazones y darles la capacidad de renuncia personal para consolidar la relación familiar.
5. Consolidación de los sueños. Todo lo que pedía Jacob era lo que su corazón anhelaba, eran sus sueños de alcanzar una paz completa en todos los aspectos de su vida. La Biblia dice que Dios concede los deseos de nuestro corazón. Dios ha colocado un sentido de eternidad en el corazón del hombre y anhela que las cosas sean como en el principio, como en el verdadero principio, el del huerto del Edén, en una relación con Dios perfecta sin nada que perturbe todo lo que el creador había diseñado par él. El corazón del hombre y de la mujer añoran muchas veces esos tiempo como cuando empezaron su relación, cuando estaban enamorados; los padres anhelan que el amor y el respeto de los hijos sea como cuando eran niños, en inocencia y ternura; el creyente de tiempo extraña aquel sentimiento conocido como el primer amor de la vida cristiana…y sólo una vida con cielos abiertos es capaz de regresarnos a ese lugar y hacerlo aún más sublime y poderoso.
6. Cambio de vida, creo firmemente que cuando Jacob llega a Peniel y lucha con el ángel se acuerda que mientras iba huyendo los ángeles subían y bajaban porque tenía cielos abiertos, y que cada cosa que le pidió a Dios, Él la había suplido con creces, pero se había olvidado pedir algo un cambio de vida y esta vez no está dispuesto a dejar pasar esta nueva oportunidad y con firmeza y decisión pide que el ángel lo bendijera. Y eso es precisamente lo que hace el ángel, lo bendice, habla bien de él, cambiándole el nombre; en otras palabras vas a dejar de ser un Jacob (usurpador) para convertirte en Israel, un príncipe de Dios o la fuerza de Dios. Los cielos abiertos no son sólo para tener sino sobre todo para ser. Hay un refrán que dice el que pide al cielo y pide poco es un loco. Sería una locura tener cielos abiertos para sólo pedir lo exterior, y no lo interior; como dijera Jesús, debemos poner la mira en lo que no se ve porque lo que se ve es temporal, pero lo que no se ve es eterno.

Familias con cielos abiertos es lo que Dios desea manifestar en cada creyente, en cada ser humano. Dios creó la familia y está totalmente comprometido en su bendición integral. Pero la pregunta sigue ¿Cómo ser familias con cielos abiertos?........... Continuará

jueves, 3 de junio de 2010

VOLVIENDO AL PRIMER AMOR


Después de la salvación una de las cosas más importantes es mantener una muy buena relación matrimonial. La Biblia compara nuestra relación con Dios como nuestra relación con nuestro cónyuge y así como nuestra relación con Dios debe ser excelente, nuestra relación con nuestra pareja debe ser tal en calidad que sea un buen ejemplo de nuestra relación con Dios. Podemos cometer el error de creer que tenemos una buena relación con nuestra pareja porque vivimos juntos, trabajamos y porque de vez en cuando salimos a pasear pero Apocalipsis 2:1-7, nos muestra que uno puede ser muy fiel, muy esmerado, muy perseverante, muy sufrido, muy correcto pero muy sin amor para con nuestra pareja.

Según Deut. 6:4-6, la clave para una buena relación con Dios no es portarse bien, o hacer buenas obras, sino que es amarlo, ósea, es una disposición del corazón, y no exterior. Es fácil poder “demostrar’ que amamos a Dios, pero no amarlo en espíritu y en verdad, Juan 4:23, igualmente sucede en nuestra relación con nuestra pareja. Que Dios nos ayude a ser cónyuges que no fingen o mienten en su amor, sino que aman de verdad, con la intensidad de su primer amor.

I. QUÉ NO ES EL PRIMER AMOR
A. No es cumplir ordenada, disciplinada y esforzadamente con nuestras responsabilidades,
Apoc. 2:2 “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia”
B. No es mi capacidad para darme cuenta sobre las cosas que pueden estar dañando mi relación matrimonial, Apoc. 2:2 “y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos”
C. No es nuestra capacidad para “soportar” a nuestra pareja o para manifestar una abnegada resistencia frente a la crisis, Apoc. 2:3 “y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado”.

II. QUÉ ES EL PRIMER AMOR
Cuando nos enamoramos de nuestras esposas y comenzamos a salir con ellas, de hecho hasta la boda y por un periodo después, hacemos cosas especiales, preciosas y buenas para ellas. Constantemente les decimos que las amamos. Hacemos cosas graciosas e ilógicas sólo para expresarles a ellas nuestro amor. Nos preocupamos por ellas y siempre estamos pensando en como agradarlas. Sentimos una libertad increíble dentro de nuestro amor para ellas.
A. Honestidad
Los novios y los recién casados, se aman unos a otros con un amor no fingido, Jer. 2:2, “así ha dicho Jehová: “Me acuerdo de ti, de la lealtad de tu juventud, del amor de tu noviazgo”. El amor surge de manera natural, sin esfuerzo, sin presiones.
B. Entusiasmo
En el original implica Entero, emoción, deseo ardiente. Se está pendiente de una palabra suya de afecto, de una sonrisa, una mirada, una llamada de teléfono. El tiempo parece muy corto en su presencia y muy largo en su ausencia; la vida gira en torno a cuándo se producirá el próximo encuentro con el ser amado. Nos descubrimos más generosos y volcados que nunca: satisfacer, sorprender y agradar al otro se convierte en la mayor ilusión.
C. Perspectiva de Intimidad
Se desea estar el máximo posible del tiempo con la persona amada, incorporarlo a nuestro mundo, a nuestra vida. Se busca contacto a través de la piel, la mirada, se busca su proximidad, sentir su energía. Pasamos horas y horas y horas caminando en las calles de nuestra ciudad bajo las estrellas de la noche, agarrados de las manos y conversando. Pasamos tanto tiempo juntos, llegando a conocernos el uno al otro y desarrollando ese amor tan bonito y único, lo cual Dios nos había puesto juntos para disfrutar. No es estar enamorado de lo que puedo recibir de, sino enamorado de la misma persona.

III. EL PRIMER AMOR NO SE PIERDE SINO SE DEJA
Apoc. 2:4 Dice que lo que Dios tiene contra nosotros es que hemos DEJADO nuestro primer amor. Si, todavía amamos a nuestro esposo o esposa, pero hemos dejado de hacerlos nuestro primer amor. Hemos dejado la simplicidad y la libertad de estar enamorados, hemos dejado de seguir abriendo nuestros corazones cada vez más para recibir el amor, y hemos dejado el seguir expresando nuestro amor. La diferencia está en que olvidar no implica una acción voluntaria, el haber dejado sí.

Pero ¿Cómo, cuándo y por qué sucedió? La respuesta es que motivados por ciertas actitudes, experiencias, palabras que nosotros vimos o vivimos con nuestra pareja, fuimos tomando decisiones de ir dejando nuestro primer amor. En otras palabras, frente a situaciones desagradables que experimentamos con nuestra pareja, muchas veces vamos tomando decisiones que equivalen a ir dejando nuestro primer amor: “este hombre no se merece las atenciones que yo le doy”; “ni más vuelvo a desear tener vida sexual con el (ella)”; “ni más voy a confiar en este hombre”, etc.

IV. VOLVIENDO AL PRIMER AMOR
El mensaje es claro y según Apoc, 2:5 son 3 cosas las que tenemos que hacer:
1. Recordar de donde hemos caído
Cómo hemos visto anteriormente, hubo algo que nos hizo dejar nuestro primer amor, debemos identificar y solucionar esa situación porque mientras esté allí será como unas cenizas que apagan el fuego al momento de encender una vez más la llama del amor
2. Arrepentirnos
Esto indica 2 cosas, la primera es un arrepentimiento delante de Dios y de nuestra pareja, porque quebrantamos el pacto matrimonial que habíamos hecho (en las buenas y en las malas, en salud y en enfermedad, prometo amarlo(a) hasta que la muerte nos separe. El otro sentido de arrepentimiento es como cambio de manera de pensar; si yo sigo pensando que yo tengo todo el derecho de dejar las manifestaciones de mi primer amor porque algo no me gustó, será muy difícil edificar una relación
3. Volver a hacer las primeras obras
Retomar todo lo que hacíamos cuando experimentamos nuestro primer amor, (pero recuerde que este paso es en tercer lugar), si solo damos este paso y no los otros, más rápido que lento volveremos a decepcionarnos y a cerrar nuestro corazón. Si por fidelidad y obediencia empezamos a hacer las primeras obras, Dios se encargará de colocar los sentimientos respectivos.

CONCLUSIÓN
Es imposible mantener una relación de pareja creciente si tenemos en nuestro corazón un “doble ánimo”, así sólo estaremos engañándonos a nosotros mismos, de que tenemos una buena relación familiar y estaremos expuestos de manera más vulnerable a los ataques del diablo.