INTRODUCCIÓN
De acuerdo a como se entiende actualmente el amor es básicamente un sentimiento, profundo, íntimo, personal, y frente al cual generalmente no se tiene el control. Este sentimiento trae consecuencias tanto si lo tengo como si no lo experimento. Mucho de nuestra estabilidad emocional y mental depende de que amemos y nos sintamos amados. La forma como lo experimentemos o nos relacionemos de acuerdo a ese sentimiento puede traer consigo sentimientos de inferioridad, culpabilidad, dificultades de relacionarse con otros; o todo lo contrario, si es que hemos sentido esa ausencia de amor o viceversa. Los sicólogos dicen que es una necesidad primaria en el hombre, difícil de expresar pero que está siempre presente. La Biblia habla de él en prácticamente cada uno de sus libros y aún tiene un libro dedicado al Amor de pareja, Cantar de los Cantares y un capítulo al cual se le ha titulado “El Himno al Amor”, 1 Corintios 13; en este capítulo el Apóstol Pablo expresa que son 3 las virtudes que permanecen pero que la mayor de ellas es el Amor.
Desde tiempo antiguos las historias o cuentos que leemos sobre relaciones de amor, son cuentos de hadas, donde una vez que se adquiere ese sentimiento y encontramos la reciprocidad en la pareja, llegamos a la conclusión que podemos vivir “felices para siempre”. Sin embargo cuando enfrentamos la realidad nos damos cuenta que definitivamente no era tan cierto el asunto, ya que así como este sentimiento vienen de un momento a otro, en ocasiones puede también desvanecerse más pronto de lo que pensábamos. Las razones pueden ser varias como lo veíamos en un tema anterior sobre los problemas que afectan nuestra relación de pareja. Pero en esta ocasión quiero compartir en base al Libro de “Gary Chapman” LOS LENGUAJES DEL AMOR, un aspecto que deberíamos tomar en cuenta para que mantengamos la mayor virtud que menciona el Apóstol Pablo.
Deseo además mencionar algunos aspectos previos que vale la pena considerar antes de pensar en que puede salvar nuestra relación de pareja:
1. Quitar de nuestra vida la actitud Adámica que la culpa la tiene el otro. Mientras todo iba bien en el Paraíso, Eva era para Adán “carne de su carne y hueso de sus huesos”; pero cuando ambos estuvieron en problemas, para Adán la culpa la tenía Eva y para Eva la culpa la tenía la serpiente; pero Dios que es un Dios justo le da su sentencia a cada uno. Cuando un hogar tiene problemas siempre hay una responsabilidad compartida, así que no evadamos nuestra responsabilidad y veamos este tema como tratando de encontrar la parte que me toca sin estar juzgando a nadie.
2. Recuperar nuestra actitud de fe con la que iniciamos esta aventura del Amor con nuestra pareja. Ninguno de nosotros se casó calculando que esto iba a durar 2,5 o 10 años. Todos nosotros entramos a nuestra respectiva relación pensando que sería hasta que la muerte nos separe. El Apóstol Pablo señala que debemos despojarnos del viejo hombre y revestirnos del nuevo. Me despojo de mi actitud de crítica y me revisto de una actitud de fe. Dios que es el creador del matrimonio lo hizo para que nada ni nadie nos separe y Él está dispuesto a hacerlo con el suyo si usted se pone de acuerdo con Él que esto ¡sí es posible!
El libro que vamos a revisar, y que de paso aconsejo que lo pueda adquirir, nos hace dar buena cuenta de lo que ya la Biblia nos dice desde la creación del hombre, hecho a la imagen y a la semejanza de Dios, y Él es único, no hay otro como Él en todo el Universo. Igualmente nosotros, podemos provenir del mismo hogar, los mismos padres, las mismas comidas, las mismas escuelas pero aún así ser totalmente diferentes, inclusive en nuestra manera de dar y recibir afecto. Esto se acentúa aún más en la pareja porque provienen de hogares diferentes, costumbres diferentes, escuelas diferentes, etc. A la manera de dar y recibir afecto es a lo que Gary Chapman llama los “Lenguajes del Amor” y los resume en 5, (Palabras de afirmación, Tiempo de calidad, Recibiendo regalos, Actos de servicio, Toque físico), los que iremos revisando uno a uno en este blog.
Pero hablando de idiomas en sentido secular, si dos personas hablan diferentes lenguajes, por más que tengan buenas intenciones, un sano corazón y derrochen mucho esfuerzo y energía, sencillamente no se van a entender y terminarán frustrados y desanimados. Con relación al lenguaje del amor, puede que a mí me agrade hablar de manera tierna y cariñosa a mi pareja, con palabras dulces y románticas; pero que tal vez el lenguaje que ella maneje para recibir afecto sea el de tener actos de servicio y es lo que ella espera de mí para que le demuestre mi amor, ya que desde su perspectiva “las palabras se las lleva el viento”. Si cada uno persiste en mantener su propio lenguaje, nunca llegaremos a un entendimiento y pensaremos que la persona con la que nos casamos tal vez no nos ame. Entonces el objetivo de este libro es ayudar a descubrir cuál es el lenguaje primario de tu cónyuge y ayudar también a expresar tu amor en ese lenguaje.
De acuerdo a como se entiende actualmente el amor es básicamente un sentimiento, profundo, íntimo, personal, y frente al cual generalmente no se tiene el control. Este sentimiento trae consecuencias tanto si lo tengo como si no lo experimento. Mucho de nuestra estabilidad emocional y mental depende de que amemos y nos sintamos amados. La forma como lo experimentemos o nos relacionemos de acuerdo a ese sentimiento puede traer consigo sentimientos de inferioridad, culpabilidad, dificultades de relacionarse con otros; o todo lo contrario, si es que hemos sentido esa ausencia de amor o viceversa. Los sicólogos dicen que es una necesidad primaria en el hombre, difícil de expresar pero que está siempre presente. La Biblia habla de él en prácticamente cada uno de sus libros y aún tiene un libro dedicado al Amor de pareja, Cantar de los Cantares y un capítulo al cual se le ha titulado “El Himno al Amor”, 1 Corintios 13; en este capítulo el Apóstol Pablo expresa que son 3 las virtudes que permanecen pero que la mayor de ellas es el Amor.
Desde tiempo antiguos las historias o cuentos que leemos sobre relaciones de amor, son cuentos de hadas, donde una vez que se adquiere ese sentimiento y encontramos la reciprocidad en la pareja, llegamos a la conclusión que podemos vivir “felices para siempre”. Sin embargo cuando enfrentamos la realidad nos damos cuenta que definitivamente no era tan cierto el asunto, ya que así como este sentimiento vienen de un momento a otro, en ocasiones puede también desvanecerse más pronto de lo que pensábamos. Las razones pueden ser varias como lo veíamos en un tema anterior sobre los problemas que afectan nuestra relación de pareja. Pero en esta ocasión quiero compartir en base al Libro de “Gary Chapman” LOS LENGUAJES DEL AMOR, un aspecto que deberíamos tomar en cuenta para que mantengamos la mayor virtud que menciona el Apóstol Pablo.
Deseo además mencionar algunos aspectos previos que vale la pena considerar antes de pensar en que puede salvar nuestra relación de pareja:
1. Quitar de nuestra vida la actitud Adámica que la culpa la tiene el otro. Mientras todo iba bien en el Paraíso, Eva era para Adán “carne de su carne y hueso de sus huesos”; pero cuando ambos estuvieron en problemas, para Adán la culpa la tenía Eva y para Eva la culpa la tenía la serpiente; pero Dios que es un Dios justo le da su sentencia a cada uno. Cuando un hogar tiene problemas siempre hay una responsabilidad compartida, así que no evadamos nuestra responsabilidad y veamos este tema como tratando de encontrar la parte que me toca sin estar juzgando a nadie.
2. Recuperar nuestra actitud de fe con la que iniciamos esta aventura del Amor con nuestra pareja. Ninguno de nosotros se casó calculando que esto iba a durar 2,5 o 10 años. Todos nosotros entramos a nuestra respectiva relación pensando que sería hasta que la muerte nos separe. El Apóstol Pablo señala que debemos despojarnos del viejo hombre y revestirnos del nuevo. Me despojo de mi actitud de crítica y me revisto de una actitud de fe. Dios que es el creador del matrimonio lo hizo para que nada ni nadie nos separe y Él está dispuesto a hacerlo con el suyo si usted se pone de acuerdo con Él que esto ¡sí es posible!
El libro que vamos a revisar, y que de paso aconsejo que lo pueda adquirir, nos hace dar buena cuenta de lo que ya la Biblia nos dice desde la creación del hombre, hecho a la imagen y a la semejanza de Dios, y Él es único, no hay otro como Él en todo el Universo. Igualmente nosotros, podemos provenir del mismo hogar, los mismos padres, las mismas comidas, las mismas escuelas pero aún así ser totalmente diferentes, inclusive en nuestra manera de dar y recibir afecto. Esto se acentúa aún más en la pareja porque provienen de hogares diferentes, costumbres diferentes, escuelas diferentes, etc. A la manera de dar y recibir afecto es a lo que Gary Chapman llama los “Lenguajes del Amor” y los resume en 5, (Palabras de afirmación, Tiempo de calidad, Recibiendo regalos, Actos de servicio, Toque físico), los que iremos revisando uno a uno en este blog.
Pero hablando de idiomas en sentido secular, si dos personas hablan diferentes lenguajes, por más que tengan buenas intenciones, un sano corazón y derrochen mucho esfuerzo y energía, sencillamente no se van a entender y terminarán frustrados y desanimados. Con relación al lenguaje del amor, puede que a mí me agrade hablar de manera tierna y cariñosa a mi pareja, con palabras dulces y románticas; pero que tal vez el lenguaje que ella maneje para recibir afecto sea el de tener actos de servicio y es lo que ella espera de mí para que le demuestre mi amor, ya que desde su perspectiva “las palabras se las lleva el viento”. Si cada uno persiste en mantener su propio lenguaje, nunca llegaremos a un entendimiento y pensaremos que la persona con la que nos casamos tal vez no nos ame. Entonces el objetivo de este libro es ayudar a descubrir cuál es el lenguaje primario de tu cónyuge y ayudar también a expresar tu amor en ese lenguaje.