jueves, 10 de junio de 2010

FAMILIAS CON CIELOS ABIERTOS 2

La Biblia nos cuenta una historia más al respecto y es la de Jesús. En Mateo 3, en el momento de su bautismo, al subir del agua, los cielos se abren y desciende el Espíritu Santo de manera visible en forma de paloma y luego se oye una gran voz que dice que él es su hijo amado al cual todos deben oír. En este caso también podemos considerar algunas consecuencias de andar con cielos abiertos:

1. La manifestación del Espíritu Santo sobre nuestra vida. Esto fue algo sobrenatural, nadie lo esperaba, Jesús no lo buscó (en esa forma), simplemente se dio como consecuencia de los cielos abiertos. En ocasiones muchos creyentes buscan y buscan obtener manifestaciones sobrenaturales del Espíritu y hacen hasta lo indecible para que esto ocurra, pero por más que se esfuerzan estas no llegan y algunos tienen hasta que “inventar” ciertas manifestaciones para mostrar su “espiritualidad”. Las manifestaciones sobre nuestra vida van a venir sobre aquel que tiene cielos abiertos, sin que el creyente las persiga, las reclame, las exija o las finja. Estas son el resultado natural de caminar bajo cielos abiertos y traerán paz al corazón.

2. Sensibilidad para oír la voz de Dios. Con los cielos abiertos la voz de Dios ser clara y real sobre la vida del cristiano y no estamos hablando precisamente de una voz audible, sino de acuerdo a la forma como Dios desee hablarnos. La manera normal de que Dios nos hable es a través de su Palabra, pero muchos leen la Biblia como quien lee el periódico y terminan y no han escuchado la voz de Dios hablando a su corazón. Otros la leen y les da sueño, de modo que cuando tienen insomnio, en lugar de tomar su calmante, leen un par de capítulos de la Biblia y santo remedio. El creyente con cielos abiertos sabrá cuando Dios le habla, no habrá dudas en su corazón, no tendrá que estar pidiendo señales para saber si fue o no fue la voz de Dios, sabrá distinguirla de la voz del diablo y la de su propia naturaleza humana.

3. Será contemplado por Dios con agrado. El creyente con cielos abiertos será visto por Dios con agrado, a eso se refirió la voz cuando dijo de Jesús: “este es mi hijo amado”, como me gusta verlo, como disfruto lo que hace, como me complace que sea mi hijo, es motivo de mi alegría y de mi contentamiento. Haciendo un paralelo es como cuando el diablo se acerca a la presencia de Dios, y el Señor le dice: “Haz visto a mi siervo Job que no hay otro como él en la tierra, varón justo, recto, temeroso de Dios y apartado del mal”: ES MI HIJO, ¿LO HAS VISTO?.

4. Tendrás una palabra de bendición para dar. El Padre desde el cielo dijo: “a Él oíd” Podrás tener una palabra para compartir, algo que nace en el corazón de Dios, que Él te la transmite y luego tú la das. No serán palabras de tus propios pensamientos, ideas, experiencias, etc, sino una palabra que viene del cielo a través tuyo para bendecir a tu pareja, a tus hijos, a tus padres o a tus hermanos. ¿Cuántas veces nos hemos equivocado por hablar lo primero que nos parece o se nos ocurre? Y luego viene el pesar, la frustración y la separación. De otro lado la gente escuchará lo que tenemos que decir; la orden del Padre era que debían escuchar a Jesús, creo seriamente que tener cielos abiertos es tener la autoridad para ser escuchado, no porque me impongo sobre otros con mis ideas sino porque Dios mismo me da esa gracia de ser escuchado porque tengo una Palabra de sabiduría para transmitir.

Pero la pregunta sigue ¿Cómo ser familias con cielos abiertos?........... Lo veremos en Familias con cielos abiertos 3

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