A través de la Biblia podemos darnos cuenta que una de las manifestaciones de tener cielos abiertos es que Dios conteste nuestra oración, tomando esto encuentra (adicionalmente de los pasajes en los cuales se menciona explícitamente el tener cielos abiertos), veamos que es lo que abre los cielos para una familia o para una persona en general:
1. Colocar a Dios como los más importante de nuestra vida, Más buscad, Por tanto, no os preocupéis, diciendo: ``¿Qué comeremos? o ``¿qué beberemos? o ``¿con qué nos vestiremos? Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas” Mateo 6:31-34. Como seres humanos estamos acostumbrados a guiarnos por lo que vemos y no por lo que no vemos y muchas veces colocamos en primer lugar lo material, nuestra economía, el trabajo, la familia, etc. Pero Dios ofrecer estar al tanto de todo lo material en nuestra vida si aprendemos a valorar más las cosas espirituales que las materiales. Eso fue lo que hizo Jacob, por más que era un tramposo, mentiroso y aprovechador, había algo a lo cual le daba mucha importancia: La primogenitura, que era una bendición espiritual, no tangible y eso le permitió experimentar cielos abiertos mientras huía de su hermano, eso le dio pie para pedir y recibir todo lo que oró esa noche. Es posible que tengamos defectos, a veces más la gente que no va a la Iglesia, pero no estamos en una congregación porque somos los más santos sino porque somos los que más necesitamos. Jesús promete bienaventuranzas para nosotros, los que reconocemos nuestra pobreza espiritual, porque nuestro es el Reino de los Cielos.
2. El trato adecuado para nuestra pareja. Vosotros, maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo (1 Pedro 3:7). El Apóstol añade al consejo una razón para su cumplimiento y es el que nuestras oraciones no tengan estorbo. En realidad estamos hablando tanto de hombre a mujer como de mujer a hombre. El Apóstol Pedro no dice que la mujer es vaso frágil, sino vaso “más frágil”, indicando que tanto hombres, mujeres, padres, madres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, somos frágiles. Todos somos sensibles, tenemos sentimientos, si se nos golpea nos duele. Cada uno de nosotros tememos un punto de quiebre. No podemos, ni debemos encontrarle excusas a un maltrato verbal, psicológico o físico. ¿Como podemos nosotros tener la libertad de pedir bendiciones en nuestra vida si con la misma boca que bendecimos a Dios maldecimos a nuestro hermano(a), no sólo creado por Dios sino de nuestra propia sangre? Dios no justifica la violencia, el trato inadecuado, los insultos, las comparaciones, las actitudes de juicio, Él está a favor de un trato de amor, comunión, paz, bondad, etc. Ese es el fruto que manifiesta alguien guiado por su Espíritu. Si el trato entre todos los miembros de la familia fuera el adecuado, sería como dicen muchos, el cielo en la tierra y obviamente las bendiciones del cielo también llenarían ese hogar.
3. Mantener fidelidad en la relación matrimonial, “Y otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo Él uno, habiendo en Él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud” Malaquías 2:13-15. En esta ocasión Dios manifiesta no sólo que hay cielos abiertos para que podamos recibir de Dios sino también para que podamos darle a Dios, lo que trae como consecuencia que podamos recibir también, Lucas 6:38. Aquí la infidelidad es la causa que hace que los cielos se cierren y que por más que preparemos una excelente ofrenda, cada uno conforme a lo recibido por Dios, (alabanzas, dinero, servicio, enseñanza, oración, etc), esas ofrendas no sean de ninguna manera recibidas por Dios; tal vez otros las vean y hasta las disfruten pero cuando el que juzga con justicia tenga que dar su veredicto, dirá que Él nunca recibió nada nuestro. ¡Que experiencia tan triste! Que pensemos que estamos dando y dando, con todo nuestro esfuerzo de tiempo, dinero, etc y que todo lo que hicimos y dimos para Dios no sea recibido por Él. Dios es un Dios de Pactos y aquel que mantiene el suyo, tiene los cielos abiertos para que todo lo que le dé al Señor sea recibido y recompensado por Él.
4. Presentar a Dios los diezmos y ofrendas, “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”, Malaquías 3:10. Otra manera de abrir las ventanas de los cielos es cumpliendo con nuestro responsabilidad de diezmar y ofrendar. El diezmo es la décima parte de lo que ganamos y le pertenece a Dios, no es nuestro, así que cuando entrego los diezmos no estoy dando nada mío, sino que sólo estoy entregando lo que le pertenece a Dios. Jesús dijo que donde esté nuestro tesoro allí también estará nuestro corazón, si me hago problemas por dar el 10 %, (el diezmo), entonces como podré administrar el 90 % restante bajo la volunta de Dios; y si no puedo devolver al Señor lo que le pertenece, ¿como espero que Él habrá las ventanas de los cielos y derrame bendición sobreabundante? Cielos abiertos económicos para los que saben que no dependen del dinero sino de Dios y que con libertad y gratitud pueden diezmar y ofrendar a Dios con generosidad.
5. Por el Poder del Acuerdo, “Os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” Mt. 18:19. El contexto en el que Jesús dice estas palabras es hablando acerca del perdón, creo que ponerse de acuerdo no sólo es orar juntos sobre alguna petición o necesidad, sino también el llegar a ponernos de acuerdo sobre nuestra diferencias, discusiones, conflictos, peleas, resentimientos y rencores. No es posible que pidamos a Dios bendiciones si estamos peleados con nuestra pareja: ¡Debemos ponernos de acuerdo! lo que implica tener la capacidad de perdonar y pedir perdón. El Apóstol Juan nos dice que no podemos amar a Dios si aborrecemos a nuestro hermano; el Padre Nuestro dice que si perdonamos a nuestros hermanos nuestras ofensas, Dios nos perdonará también las nuestras. La Biblia dice que nuevas son sus misericordias cada mañana, pero también dice que no debe ponerse el sol sobre nuestro enojo y que si podemos enojarnos pero sin pecar. Ponte de acuerdo con tu pareja, pide perdón y / o perdona y luego tengan un consenso sobre lo que van a pedir a Dios y los cielos abiertos darán paso a la respuesta del Todopoderoso.
6. Por la obediencia, “Pero Juan trató de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Y respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan se lo permitió” Mateo 3:14-15. Jesús no necesitaba ser bautizado pero actuó en obediencia a su Padre, obviamente esto no implica que seamos tan buenos que no tenemos que obedecer, pero por complacer a Dios tenemos que hacerlo, sino que si Jesús mostró que ha pesar de no “necesitar” bautizarse, lo hizo, y pudo ver los cielos abiertos sobre él ¿cuánto más nosotros necesitamos vivir en obediencia a la voluntad de Dios para experimentar esos cielos abiertos? Adicionalmente tenemos lo que nos dice Deuteronomio 28:1-2, 12: “Y sucederá que si obedeces diligentemente al SEÑOR tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al SEÑOR tu Dios…Abrirá el SEÑOR para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; y tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado.” La obediencia trae bendición y sin buscarla, sino que es consecuencia de haber obedecido.
Dios desea que camines bajo cielos abiertos, siendo contemplado, protegido, escuchado y provisto por Él. Experimentemos esa maravillosa bendición.
1. Colocar a Dios como los más importante de nuestra vida, Más buscad, Por tanto, no os preocupéis, diciendo: ``¿Qué comeremos? o ``¿qué beberemos? o ``¿con qué nos vestiremos? Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas” Mateo 6:31-34. Como seres humanos estamos acostumbrados a guiarnos por lo que vemos y no por lo que no vemos y muchas veces colocamos en primer lugar lo material, nuestra economía, el trabajo, la familia, etc. Pero Dios ofrecer estar al tanto de todo lo material en nuestra vida si aprendemos a valorar más las cosas espirituales que las materiales. Eso fue lo que hizo Jacob, por más que era un tramposo, mentiroso y aprovechador, había algo a lo cual le daba mucha importancia: La primogenitura, que era una bendición espiritual, no tangible y eso le permitió experimentar cielos abiertos mientras huía de su hermano, eso le dio pie para pedir y recibir todo lo que oró esa noche. Es posible que tengamos defectos, a veces más la gente que no va a la Iglesia, pero no estamos en una congregación porque somos los más santos sino porque somos los que más necesitamos. Jesús promete bienaventuranzas para nosotros, los que reconocemos nuestra pobreza espiritual, porque nuestro es el Reino de los Cielos.
2. El trato adecuado para nuestra pareja. Vosotros, maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo (1 Pedro 3:7). El Apóstol añade al consejo una razón para su cumplimiento y es el que nuestras oraciones no tengan estorbo. En realidad estamos hablando tanto de hombre a mujer como de mujer a hombre. El Apóstol Pedro no dice que la mujer es vaso frágil, sino vaso “más frágil”, indicando que tanto hombres, mujeres, padres, madres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, somos frágiles. Todos somos sensibles, tenemos sentimientos, si se nos golpea nos duele. Cada uno de nosotros tememos un punto de quiebre. No podemos, ni debemos encontrarle excusas a un maltrato verbal, psicológico o físico. ¿Como podemos nosotros tener la libertad de pedir bendiciones en nuestra vida si con la misma boca que bendecimos a Dios maldecimos a nuestro hermano(a), no sólo creado por Dios sino de nuestra propia sangre? Dios no justifica la violencia, el trato inadecuado, los insultos, las comparaciones, las actitudes de juicio, Él está a favor de un trato de amor, comunión, paz, bondad, etc. Ese es el fruto que manifiesta alguien guiado por su Espíritu. Si el trato entre todos los miembros de la familia fuera el adecuado, sería como dicen muchos, el cielo en la tierra y obviamente las bendiciones del cielo también llenarían ese hogar.
3. Mantener fidelidad en la relación matrimonial, “Y otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo Él uno, habiendo en Él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud” Malaquías 2:13-15. En esta ocasión Dios manifiesta no sólo que hay cielos abiertos para que podamos recibir de Dios sino también para que podamos darle a Dios, lo que trae como consecuencia que podamos recibir también, Lucas 6:38. Aquí la infidelidad es la causa que hace que los cielos se cierren y que por más que preparemos una excelente ofrenda, cada uno conforme a lo recibido por Dios, (alabanzas, dinero, servicio, enseñanza, oración, etc), esas ofrendas no sean de ninguna manera recibidas por Dios; tal vez otros las vean y hasta las disfruten pero cuando el que juzga con justicia tenga que dar su veredicto, dirá que Él nunca recibió nada nuestro. ¡Que experiencia tan triste! Que pensemos que estamos dando y dando, con todo nuestro esfuerzo de tiempo, dinero, etc y que todo lo que hicimos y dimos para Dios no sea recibido por Él. Dios es un Dios de Pactos y aquel que mantiene el suyo, tiene los cielos abiertos para que todo lo que le dé al Señor sea recibido y recompensado por Él.
4. Presentar a Dios los diezmos y ofrendas, “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”, Malaquías 3:10. Otra manera de abrir las ventanas de los cielos es cumpliendo con nuestro responsabilidad de diezmar y ofrendar. El diezmo es la décima parte de lo que ganamos y le pertenece a Dios, no es nuestro, así que cuando entrego los diezmos no estoy dando nada mío, sino que sólo estoy entregando lo que le pertenece a Dios. Jesús dijo que donde esté nuestro tesoro allí también estará nuestro corazón, si me hago problemas por dar el 10 %, (el diezmo), entonces como podré administrar el 90 % restante bajo la volunta de Dios; y si no puedo devolver al Señor lo que le pertenece, ¿como espero que Él habrá las ventanas de los cielos y derrame bendición sobreabundante? Cielos abiertos económicos para los que saben que no dependen del dinero sino de Dios y que con libertad y gratitud pueden diezmar y ofrendar a Dios con generosidad.
5. Por el Poder del Acuerdo, “Os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” Mt. 18:19. El contexto en el que Jesús dice estas palabras es hablando acerca del perdón, creo que ponerse de acuerdo no sólo es orar juntos sobre alguna petición o necesidad, sino también el llegar a ponernos de acuerdo sobre nuestra diferencias, discusiones, conflictos, peleas, resentimientos y rencores. No es posible que pidamos a Dios bendiciones si estamos peleados con nuestra pareja: ¡Debemos ponernos de acuerdo! lo que implica tener la capacidad de perdonar y pedir perdón. El Apóstol Juan nos dice que no podemos amar a Dios si aborrecemos a nuestro hermano; el Padre Nuestro dice que si perdonamos a nuestros hermanos nuestras ofensas, Dios nos perdonará también las nuestras. La Biblia dice que nuevas son sus misericordias cada mañana, pero también dice que no debe ponerse el sol sobre nuestro enojo y que si podemos enojarnos pero sin pecar. Ponte de acuerdo con tu pareja, pide perdón y / o perdona y luego tengan un consenso sobre lo que van a pedir a Dios y los cielos abiertos darán paso a la respuesta del Todopoderoso.
6. Por la obediencia, “Pero Juan trató de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Y respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan se lo permitió” Mateo 3:14-15. Jesús no necesitaba ser bautizado pero actuó en obediencia a su Padre, obviamente esto no implica que seamos tan buenos que no tenemos que obedecer, pero por complacer a Dios tenemos que hacerlo, sino que si Jesús mostró que ha pesar de no “necesitar” bautizarse, lo hizo, y pudo ver los cielos abiertos sobre él ¿cuánto más nosotros necesitamos vivir en obediencia a la voluntad de Dios para experimentar esos cielos abiertos? Adicionalmente tenemos lo que nos dice Deuteronomio 28:1-2, 12: “Y sucederá que si obedeces diligentemente al SEÑOR tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al SEÑOR tu Dios…Abrirá el SEÑOR para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; y tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado.” La obediencia trae bendición y sin buscarla, sino que es consecuencia de haber obedecido.
Dios desea que camines bajo cielos abiertos, siendo contemplado, protegido, escuchado y provisto por Él. Experimentemos esa maravillosa bendición.